con un rumbo acertado entre lo cotidiano , algo estaba cambiando.
El arte era el culpable de los destellos de jose hernandez que empapaban el colectivo.
nadie lo mira , cada mente piensa en sus vacías ocupaciones del día , pero entre esas cabezas huecas ves a una anciana hermosa con un pañuelo en la cabeza , como si fuese a llover y se calzaría una bolsa de esas que contaminan para taparse de algo que no lastima pero que si enferma , ella miraba con sus ojos llenos de años pasados de anécdotas y me contagio su curiosidad , sus recuerdos oxidados me llevaron hacia el descubrimiento mas cálido de una fría mañana de nubes blancas
Satisfacción.